La historia se repite todos los años. La avenida Corrientes vuelve a inundarse de vendedores ambulantes de todos los productos que un chico puede imaginar. Otra vez el caos vehicular y las multitudes circulando para todos lados. Hoy sábado 30 de junio fue el estreno de la temporada 2007 de Casi Ángeles en el Teatro Gran Rex y Cris Morena Teatro (
www.crismorenateatro.com.ar) estuvo ahí para contarte todo. Tiempo de Casi Ángeles, Cris Morena va por más y más.
Apenas pasadas las 16:00 horas, una hora antes del horario estipulado para el comienzo de la función, las puertas del teatro más grande de la Ciudad de Buenos Aires se abrían para que los cientos de espectadores que ya estaban haciendo fila desde temprano comenzaran a ingresar. Una vez adentro, los más curiosos miraban cada detalle del escenario y otros cantaban las canciones del programa que sonaban de fondo. Por los pasillos van y vienen vendedores de merchandaising oficial, y cada tanto hasta se asoma una cámara cubriendo el estreno que alborota a la platea. A los costados del escenario están ubicadas dos enormes pantallas que, por ahora, sólo muestran el logo de Casi Ángeles. El escenario está cubierto por una pantalla que momentáneamente funciona como telón, y por delante de ella hay unos enormes alambres que se cruzan y tienen agarrados objetos como una muñeca o ruedas de bicicletas. El primer cambio se produce cuando en la pantalla del escenario empiezan a proyectarse publicidades de los principales auspiciantes del espectáculo. Una vez finalizadas está todo listo, los chicos están impacientes y saben que está por empezar.
Unos pocos minutos antes de las 17:00 horas la espera termina parcialmente. Por uno de los pasillos de la platea aparece Mogli (Gerardo Chendo), que realiza una especie de antesala al espectáculo en tono de humor, interactuando con el público, invitando a algunos chicos al escenario y aprovechando para informar las reglas del teatro (apagar celulares, no fumar, no filmar). Pasadas las 17:00 horas les pregunta a los chicos si están listos para que comience el espectáculo y ahora sí da la bienvenida cordial. En instantes las luces se apagan y los gritos se multiplican.
Se levantan los alambres y la gran pantalla que funciona como telón. En el escenario se observa una especie de ciudad, apoyada por proyecciones en la pantalla del fondo del escenario, cuya participación será casi total a lo largo del espectáculo. La primera en tener protagonismo es Alelí (María Guadalupe Antón), que está sobre un edificio y entona una melodía mientras por el escenario empiezan a aparecer primero los chicos, luego Malvina (Gimena Accardi) y más tarde sí los jóvenes de Teen Angels. La primera canción no se demora demasiado, y así se irán sucediendo de manera casi ininterrumpida ya que, si bien el argumento en los musicales de Cris Morena siempre fue escaso, esta vez más que nunca. Pasadas las primeras canciones, Justina (Julia Calvo) y Bartolomé (Alejo García Pintos) aparecen caminando por ambos pasillos de la platea y ordenan la destrucción de la ciudad y la captura de los chicos, que los acróbatas efectuarán para tristeza de la audiencia. Y así queda presentado el esquema del espectáculo, que oscilará entre la alegría de los ángeles buenos y la maldad de los que quieren destruirlos. Es el turno ahora de la primera aparición de Nicolás (Nicolás Vázquez), que será en interacción con un video que muestra hazañas aventureras que superará. Finalmente la última en aparecer será Cielo (Emilia Attias), que lo hará volando desde el techo del teatro hasta el escenario, con enormes alas de ángel y papelitos cayendo. Presentados todos los personajes, el espectáculo continuará con la sucesión de canciones intercaladas por la acción destructora de los malos, hasta que finalmente triunfen los ángeles. Los chicos desde sus butacas bailarán las canciones alegres y cantarán a coro las lentas.
Desde la parte estética, el espectáculo se apoya principalmente en dos aspectos: las proyecciones en las cuatro pantallas y los vuelos y acrobacias. La pantalla del fondo del escenario no desaparecerá en casi ningún momento, como así tampoco las de los costados. La escenografía es escasa, más bien abundan los elementos de utilería y las pequeñas construcciones escenográficas que complementan las proyecciones del fondo. El vestuario es menos espectacular que en anteriores espectáculos, pero sí hay varios cambios a lo largo del musical. A diferencia de otras estrenos, no se registraron más que mínimos errores técnicos; la función se desarrolló con absoluta normalidad.
El final es a pura fiesta, vestidos de blanco y con la música de "Voy por más" sonando de fondo empiezan a aparecer y saludar todos los miembros del elenco. Cantan todos juntos y, cuando todos piensan que el espectáculo ha terminado, suena nuevamente "Dos ojos", que Cielo y Nicolás cantarán a dúo, en una plataforma que se eleva en el borde del escenario y de la que caen pequeños chorritos de agua iluminados. Cuando la plataforma baja vuelve a iluminarse todo el elenco y, mientras continúa la canción, los protagonistas se van volando sobre el público hasta el techo del teatro. Y ahora sí el musical ha terminado, con uno de sus momentos más emotivos. Vuelve a bajar la pantalla que funciona como telón, los alambres y se vuelve a proyectar el logo de Casi Ángeles. Las luces del teatro tardan un poco en encenderse y finalmente el público abandona la sala luego de una hora y diez minutos que dura la función. Estreno superado.
