23.7.08

CRÍTICA EN CLARÍN

Un espectáculo de alto impacto

El show que protagonizan Nicolás Vázquez y Emilia Attias goza de la incondicionalidad de sus fanáticos.

En sus brazos Nicolás Vázquez sostiene a Emilia Attias. La pareja engancha al público. Los Teen Angeles son también parte importante del show.

Escenografía móvil, actores que vuelan, efectos especiales, música y baile. Casi ángeles tiene todo los ingredientes para encantar a sus fieles seguidoras (abrumadora mayoría de niñas y adolescentes forman su público más fanático) y lo logra, con creces.
El show escrito, producido y dirigido por Cris Morena, que se presenta en el teatro Gran Rex, es de alto impacto. Ya desde antes de comenzar, en la platea se vive un clima de fiesta, con gritos sin razón, como pura expresión de una adrenalina que no dará respiro. Las chicas del público, de entre 5 y 14 años, llevan vinchas, remeras, carteritas, incluso, un grupo de amigas lucen remeras con una letra una cada que, juntas, forman CASI ANGELES. El merchandinsing invade todo y se vende no sólo en la puerta del teatro, sino a lo largo de toda la cuadra de la avenida Corrientes al 800.
Apenas se abre el telón, el escenario está cubierto por nubes ficticias y por entre medio de ellas, un avión antiguo transporta a uno de los protagonistas, Nicolás Vázquez. El personaje, Nico, busca a su amada Cielo, interpretada por una angelical Emilia Attias, que también aparece volando sobre una nube entre las cabezas de los espectadores, y desde el techo del teatro caen papelitos que dicen Cielo, te amo. El recurso se repite más tarde, con un efecto de copos de nieve, lluvia de papel picado como estrellitas y acróbatas que juegan en medio de la sala, estirando el escenario hasta casi mezclarlo con la platea. El efecto desata, siempre, el delirio.
La historia central es simple: los chicos del grupo de los Teen Angels y sus compañeros, no están bien: les falta Cielo, que está entre las nubes. Ella quiere volver, algo que parece imposible. Pero el deseo de todos ellos por reencontrarse hará posible lo imposible. En esta ficción, todos los sueños se cumplen.
Esa es la excusa para que los chicos de la banda Teen Angels desplieguen toda su energía en las coreografías y canten los temas que todo el mundo, en el teatro, sabe de memoria. No faltan los clásicos A ver si pueden, Voy por más y más y otros que se hicieron famosos desde la tele.
Mariana Espósito, María Eugenia Suárez Riveiro, Juan Pedro Lanzani, Gastón Dalmau y Nicolás Riera se lucen con gracia, seducción y ritmo imparable. El resto del elenco no desentona y suma brillo a un espectáculo hecho para sorprender constantemente.
Con una escenografía armada para mutar de un momento a otro, con camas elásticas y espacio para skaters incluido, Casi ángeles resulta verdaderamente llamativo y no defrauda a sus fans. Una pantalla gigante en el fondo del escenario sirve de guía y complemento para la acción en algunas escenas.
Además de los acróbatas que acompañan, haciendo figuras con telas o sogas, los actores también tienen a mano este recurso que, sumado a los juegos de luces, crea un clima ideal para que nadie se sienta afuera de la historia. Incluso, más de una vez, algunos de los integrantes del elenco corren entre los pasillos de la sala o aparecen imprevistamente, generando una sensación de integridad entre público y actores.
Otros efectos, como una leve llovizna, aún dentro de la sala, humo y luces especiales aportan un elemento casi mágico que termina de fascinar por completo a todo el teatro.

Sandra Commisso

Fuente: Clarín